Es una pregunta sobre la que vale la pena reflexionar. En una de las parábolas más queridas de Jesús (Mt 25, 14-30), un hombre se prepara para un largo viaje. Antes de su partida, llama a sus sirvientes y les confía algo de dinero. Lo que suceda a continuación puede enseñarnos cómo piensa Dios acerca de invertir.

• El primer siervo recibe cinco talentos y trabaja para convertirlos en otros cinco 
• El segundo siervo recibe dos talentos y duplica su valor
• El tercer siervo recibe un talento y lo entierra en la tierra

Jesús nos dice que, cuando el hombre regresa de su viaje, recompensa a los dos sirvientes que aumentaron el valor de su ofrenda original. Sin embargo, el tercer siervo es reprendido por enterrar su único talento y no recibe recompensa. El mensaje es claro: no hacer nada con nuestros talentos no es lo que Jesús nos pide que hagamos.

Como asesora financiera, me encanta esta parábola. Oro para que todos hagamos algo significativo con nuestros talentos. Aún mejor, cuando somos bendecidos con más de lo que necesitamos, tenemos oportunidades de ser “siervos buenos y fieles” al compartir más nuestros dones. Hacer distribuciones benéficas calificadas o donar valores de apreciación negociable puede ser una excelente manera de ofrecer esos talentos a otros. Aquí hay algunas opciones para discutir con su asesor financiero o preparador de impuestos.

Distribución Calificada Benéfica

Al planificar la estrategia de retiro de su cuenta de jubilación individual, es posible que desee considerar hacer donaciones benéficas a través de una Distribución Calificada Benéfica (QCD), si es apto. Una QCD es una transferencia directa de fondos de su Cuenta de Jubilación Individual (IRA) pagadera a la organización calificada de su elección, como la Iglesia Católica, su organización caritativa católica u otra favorita. Su asesor financiero puede organizar la transferencia, si lo solicita, ya que debe ir directamente del custodio a la organización benéfica para calificar.

Una QCD pagada directamente a una organización calificada desde su IRA no está sujeta a impuestos federales. Por lo tanto, al utilizar la opción QCD puede reducir su ingreso bruto ajustable, lo que puede proporcionarle mayores ahorros en impuestos sobre la renta. Esta opción también puede afectar positivamente a otros elementos de su declaración de impuestos, en comparación con hacer una donación en efectivo y reclamar una deducción del impuesto sobre la renta.

¡Bienvenido al club de distribución para aquellos que cumplen 72 años este año! Ahora estará sujeto a distribuciones mínimas requeridas (RMD), lo que significa que debe comenzar a retirar dinero de su IRA tradicional, SEP IRA o SIMPLE IRA. En 2020, la edad para retirar dinero de las cuentas de jubilación cambió de 70½ a 72 años. La RMD es la cantidad que debe sacar de su cuenta para evitar multas del IRS. Tras la distribución de una IRA, debe pagar los impuestos federales correspondientes. Aquí es donde entran en juego los beneficios de una QCD: no se pagan impuestos federales, si la distribución va directamente a una organización benéfica calificada de su elección. Las reglas de impuestos estatales pueden variar.

Donaciones benéficas de valores apreciados

Las donaciones benéficas de valores apreciados pueden beneficiar tanto al donante como a la organización benéfica que recibe el donativo. Como donante, su subvención no está sujeta al impuesto sobre las ganancias de capital. Estos impuestos se deben a las ganancias de la venta de una inversión. Como no hay venta en este ejemplo, no hay que pagar impuestos sobre las ganancias de capital. Al aportar acciones directamente a la Iglesia u otra organización benéfica calificada, puede deducir el valor justo de mercado de su donación de sus impuestos sobre la renta y evitar pagar impuestos sobre las ganancias de capital en las acciones donadas. Discuta esta estrategia con su asesor financiero y/o preparador de impuestos, porque pueden aplicarse algunas limitaciones.

Las estrategias de inversión bíblicamente responsables pueden ser una excelente manera de administrar nuestros "talentos", al igual que los dos sabios siervos en la parábola de Jesús. Aprovechando una mentalidad de crecimiento e invirtiendo nuestros recursos, podemos continuar construyendo el reino de Dios aquí en la tierra.