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Santa María de la Encarnación

1599-1672  |  Festividad: 30 de abril

Santa María de la Encarnación siempre confió en la providencia de Dios, pese a todos los obstáculos. Se la celebra como la fundadora de la Orden de las Ursulinas en Canadá. Su trabajo en la educación de niñas en el siglo XVII todavía se reconoce hoy en día como una ayuda para sentar las bases de la educación formal en Canadá.

Nacida en Tours, Francia, en 1599, Marie era una niña espiritual muy devota. Ella relató en un libro que experimentó una visión mística a los siete años. Aunque deseaba ingresar a la vida religiosa, sus padres querían que se casara, lo cual hizo a los 17 años. Tuvo un hijo y luego, dos años después, perdió a su esposo.

En 1631, finalmente ingresó al convento de las Ursulinas. Sin embargo, esto tuvo un precio, ya que ingresar al convento requería que ella dejara a su hijo de 12 años. Marie lo dejó al cuidado de su hermana y, a pesar de las dificultades experimentadas con la separación, su hijo se convirtió en monje benedictino.

En 1633, después de profesar sus votos de castidad, pobreza y obediencia, relata otra visión mística que tuvo lugar en una tierra extraña. Con la ayuda de un consejero espiritual, determinaron que la tierra extranjera era Canadá y que su llamado era difundir la fe en el Nuevo Mundo. A pesar de varios retrasos y problemas financieros, zarpó hacia Quebec en 1639.

Como una de las primeras mujeres misioneras en América del Norte, María trabajó incansablemente en la escuela de las Ursulinas para educar y catequizar a niñas indígenas y francesas. Aprendió los idiomas de las poblaciones indígenas y también fue una prolífica escritora. Desarrolló diccionarios, una historia sagrada y un catecismo en algonquino e iroqués. Con profunda confianza en el Señor, Santa María fundó el primer monasterio de las Ursulinas en Quebec, que ha tenido un efecto duradero en la fe del pueblo canadiense.