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Sheri Wohlfert | Imagen Por Getty Images/nicoletaionescu |  October 2022

Cuando los niños ponen a prueba los límites de la crianza

Hay docenas de razones por las que la crianza de los hijos es el "trabajo" más fantástico del mundo, ¡pero también hay días en los que puede parecer el trabajo más desafiante del planeta! El común denominador de nuestros días difíciles suele ser la autoridad. El trabajo de los padres es establecerlo y mantenerlo; el papel del niño es cuestionarlo y ponerlo a prueba. Más a menudo de lo que nos gustaría, la línea entre negociación y manipulación puede volverse un poco borrosa. Estos son algunos consejos para manejar con éxito los conflictos sin chantaje emocional, lloriqueos, quejas y discusiones habituales.

 

Verdad #1.

Es natural que los niños tengan rabietas, mientan, tengan arrebatos emocionales y discutan para conseguir lo que quieren. Intentarán cualquier cosa para obtener una reacción que conduzca a un resultado a su favor. ¡Su respuesta a esta verdad puede cambiarlo todo!

Verdad #2.

Las exigencias de la vida a menudo dejan a los padres cansados, estresados y frustrados. No podemos permitirnos "quedarnos exhaustos" y ceder ante el comportamiento manipulador de nuestros hijos, por lo que debemos planificar nuestra respuesta cuando la tormenta esté en calma, en lugar de tratar de remar cuando esta esté en su apogeo.


La gran noticia.

Se necesitan dos para bailar tango y los padres controlan la música. Como seres humanos, tenemos que aprender a dar a conocer nuestras necesidades. Tenemos que ser capaces de negociar, comprometernos, así como de resolver problemas, y comenzamos a aprender cómo hacer estas cosas esenciales cuando somos niños. Los padres son los primeros maestros de estas lecciones.

Sí, es agotador.

Los niños empujan con fuerza, y ustedes son contra lo que empujan. La consistencia, el amor y las expectativas persistentes de un comportamiento aceptable son las formas más significativas de mostrar nuestro amor por nuestros hijos.

Conozca sus factores desencadenantes y no muerda el anzuelo.

Los niños descubren nuestras debilidades y juegan con ellas. Pueden jugar la triste e injusta carta de “no me amas ni a mis amigos” en el momento justo para derrumbarlos. Saber de antemano cómo actuarán en estos momentos les permitirá seguir adelante de una manera que ayude a su hijo a aprender y lo mantenga tranquilo.

No es sobre ustedes.

Si sus hijos mienten o hablan de manera irrespetuosa, se trata más de que prueben los límites y obtengan lo que quieren. No es personal, así que recuerden: son la roca contra la que chocan sus olas de emoción, y deben permanecer fuertes y concentrados. Nuestros hijos no pueden ser la fuente de nuestras afirmaciones y amistad; necesitamos buscar esas cosas de otros adultos.

Piense a largo plazo, no a corto.

Preocuparse por los dulces, el tiempo frente a la pantalla, los juguetes, la atención, los autos y los toques de queda son parte del crecimiento, así como del desarrollo normal y saludable. Queremos que nuestros hijos crezcan para ser capaces de resolver problemas con confianza, comprometerse y negociar, asimismo, también queremos que tengan voz. No podemos levantar las manos y desear que simplemente dejen de ponernos a prueba. En cambio, aborden cada situación con espíritu de oración y sepan que son parte de la crianza de grandes santos.

Último recordatorio.

Mientras preparan con oración su plan de respuesta, recuerden que nuestro objetivo como padres católicos es garantizar que nuestros hijos sean santos y estén tanto saludables como seguros. Dejen que estas tres cosas formen sus respuestas al conflicto. Nos permiten responder con frases como "Queremos que estés sano, así que no comerás un Twinkie en el desayuno" o "Te amamos, e ir al lugar X simplemente no es seguro". o “Dios nos eligió para ser tus padres, así que debemos hacer lo mejor para ti y dejar que los demás padres decidan por sus hijos”. Un grito rápido al Espíritu Santo por las palabras y a la Santísima Madre por la intercesión en el momento del conflicto es siempre un poderoso primer paso.


Sheri Wohlfert es maestra de escuela católica, oradora, escritora y fundadora de Joyful Words Ministries. Sheri bloguea en www.joyfulwords.org.

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